viernes, 16 de febrero de 2018

RISILIENCIA TRANSFORMADORA: CONVERTIR REVESES EN VENTAJAS

ECONOMÍA Y EMPRESAS 
ACTITUD
Los seis pasos para convertir los reveses en ventajas
Febrero 15, 2018 


Cómo llevar adelante el proceso que los expertos llaman la resiliencia transformadora 




Después de obtener un grado de maestría de la Universidad de Nueva York poco después de la gran recesión, Melanie Lockert se encontraba en una situación conocida para millones de recién graduados: bajo el yugo de una deuda de estudiante —de casi US$ 100.000 después de sumar los intereses— y en un trabajo con una paga de US$ 12 la hora.

"Creo que a muchos nos dijeron que asistiéramos a una buena escuela, que saliéramos bien y trabajáramos arduamente, y podríamos conseguir un empleo con facilidad", dijo Lockert. "Desafortunadamente, en un mundo posrecesión, no sucede así. Aun así, sin un grado universitario, es todavía más difícil conseguir empleo".

En sus momentos más inclementes, Lockert dependió de los cupones para alimentos y vivió sin seguro médico. Sin embargo, después de tres años de presupuestos concienzudos y elegir siempre lo más barato, salió de su deuda y comenzó a escribir un blog sobre su experiencia para mantenerse a flote. Lockert no solo se repuso, sino que cambió su perspectiva y sus hábitos financieros por completo y luego usó lo que aprendió para ayudar a otros que batallan con sus deudas.

"La gente encontró mi blog y comenzó a escribirme correos electrónicos cada semana, desesperada por encontrar soluciones", dijo. "Les escribía correos electrónicos de vuelta y les ofrecía tantos recursos y apoyo como podía".

La historia de Lockert es un buen ejemplo de resiliencia, pero una que te cambia y te hace crecer. Es lo que las autoras Stephanie y Ama Marston llaman la "resiliencia transformadora". En su libro, Type R: Transformative Resilience for Thriving in a Turbulent World, argumentan que la manera en que normalmente consideramos la resiliencia —solo como una "recuperación"— no nos lleva a ningún lado. En cambio, podemos usar los contratiempos como oportunidades para funcionar mejor y afectar positivamente el mundo que nos rodea.

"En cierto momento, todos, sin importar nuestros antecedentes socioeconómicos, nuestra edad ni nuestra situación, vamos a pasar por una circunstancia retadora", dijo Stephanie Marston, una psicoterapeuta. "Así que, ¿cómo podemos usar eso para nuestro beneficio?".

Mientras que la resiliencia es la capacidad de seguir adelante a pesar de algún revés, la resiliencia transformadora es la capacidad de mejorar a raíz de ese revés. Si Lockert se hubiera recuperado solo de su crisis de deuda de estudiante, sin aprender las lecciones cruciales como lo hizo, quizá habría cometido los mismos errores financieros, sin reflexionar jamás en lo que debería hacer diferente.

Después de entrevistar a cientos de personas como Lockert durante los últimos treinta años y estudiar el fenómeno junto con su hija, Stephanie Marston y su hija, Ama, descubrieron que la gente experimenta típicamente seis etapas distintas para convertir la adversidad en crecimiento. Estas etapas son aplicables a grupos, organizaciones, familias y comunidades, y también a individuos.

Antes de la tormenta por supuesto que hay calma.

"Cada uno de nosotros encontramos nuestro lugar en el mundo", escriben las autoras. "Permitimos que nos definan las estructuras y sistemas que hemos establecido, desde nuestros cargos laborales y logros, hasta nuestras relaciones, familias y la casa en la que vivimos".

Estos sistemas nos permiten operar sin pensar demasiado en nuestras decisiones y costumbres cotidianas. Nos sentimos seguros y a salvo en tales sistemas y estructuras, y aunque los gurús de los negocios y los expertos en productividad condenen la zona de confort, no es algo totalmente malo.

Los psicólogos e investigadores pioneros Robert M. Yerkes y John D. Dodson descubrieron que cierto nivel de confort y familiaridad nos permite alcanzar nuestro máximo desempeño. De alguna manera, las zonas de confort pueden darnos la energía que necesitamos para enfrentar al mundo. En cierto momento, sin embargo, podemos quedar obligados a salir de ellas. Eso tampoco es siempre malo.

Ya sea que se trate de un problema de salud, un accidente o solo la abrumadora toma de conciencia de que tienes que pagar una enorme deuda, "cuando ocurre una alteración, todo se cuestiona", dijo Stephanie Marston. Lo conocido se hace pedazos y ya no podemos contar con la realidad que nos habíamos construido. "Para mí, ese momento llegó cuando ya no podía pagar mi vida en Nueva York y mi deuda tenía un impacto en mis elecciones, mi empleo, mi relación y todas las facetas de mi vida", dijo Lockert.

Más adelante, en el proceso de la resiliencia transformadora, aprendes a encontrar las oportunidades en esa alteración, pero es casi imposible hacerlo en esta etapa, en la que lo más probable es que experimentes pánico y miedo. Marston sugiere que durante esta fase te enfoques en el apoyo externo.

"A menudo cuando estamos en medio de esto carecemos de perspectiva, pero nuestros amigos, familiares y colegas sí la tienen", dice.

Una vez ocurrida la alteración, hay caos mientras batallas para encontrar sentido en tu realidad hecha trizas. Algunas personas pueden estar en un periodo de negación en esta etapa, dice Marston. Lockert confirmó que así fue en su propia experiencia.

"La negación puede ser un consuelo, pero no es un lugar donde puedas quedarte mucho tiempo", dijo Lockert. "La verdad siempre te alcanza".

Marston dijo que las personas sienten mucho dolor durante esta etapa, casi como si enfrentaran una muerte.Durante esta etapa estás forzado a enfocarte en soluciones; además, por difícil que parezca, la autocompasión es crucial en este momento, según Marston.

"Con frecuencia somos muy duros con nosotros mismos, nos juzgamos y nos culpamos", señaló. "Reconoce que este es un momento verdaderamente difícil, pero no durará para siempre. Creo que ahí es donde mucha gente se pierde. Piensan: 'Perdí lo que tenía. Perdí todo o casi todo lo que conocía. Y ahora estoy en esta tierra de nadie'", agregó.

Ese proceso de pensamiento puede salirse de nuestras manos con facilidad, haciendo que cuestionemos todo lo demás en nuestro entorno. Durante esta etapa, es importante concentrarse en lo que es real y no en lo imaginado, añadió Marston. De nuevo, el apoyo externo de los amigos y la familia puede ofrecer una perspectiva realista durante los tiempos caóticos.

En algún momento del proceso transformador, tienes una revelación: una nueva idea o perspectiva fresca que te ayuda a arrancar con tu transformación. El catalizador de Lockert apareció cuando descubrió que los lectores encontraban su blog si escribían en Google frases como "Quiero suicidarme debido a mi deuda".

"Me causó una gran conmoción", dijo. "Mi abuelo se suicidó, así que nunca pude conocerlo. Es algo que le ha causado mucho dolor a mi madre y una parte de la historia de mi familia de la que no se habla. También he lidiado con mis propios problemas de depresión e intenciones suicidas, así que sé lo que es pasar por eso".

Este catalizador usualmente se da de manera orgánica."No creo que puedas forzarlo. Hay un poco de entrega implicada en este proceso", dijo Marston. "A veces toma días, meses, incluso años recuperar la claridad". Añadió que en la mayoría de los casos que estudió el catalizador surgió de manera natural conforme la persona aceptaba el caos y encontraba la fuerza para retomar la perspectiva.

"Amo la cita que escribió el académico Joseph Campbell", comentó Marston. "Dijo: 'Tenemos que dejar ir la vida que planeamos para aceptar la que nos espera'".

Con una nueva perspectiva, puedes comenzar a moverte hacia una nueva realidad, experimentando con tu sentido de identidad y tu lugar en el mundo. Para Lockert, eso significó enviar correos electrónicos a sus lectores, conocerlos en persona y convertirse en activista de la prevención del suicidio. "Escribí una carta abierta a mis lectores que decía: 'No eres tu deuda. La deuda no es una sentencia de muerte'. Inevitablemente, más gente comenzó a encontrarme si buscaba sobre suicidios y deudas", dijo Lockert.

Durante esta etapa, también puedes aprender nuevas habilidades, explorar distintas oportunidades profesionales o intentar hacer otras actividades que expandan los límites de tu anterior zona de confort y den una nueva forma a tu lugar en el mundo.

"No necesariamente podemos cambiar las circunstancias en las que nos encontramos, pero sobre lo que sí tenemos control y lo que sí podemos cambiar es nuestra actitud al respecto", dijo Marston. "Y esa es realmente la característica distintiva de la forma resiliente de pensar: cambiar nuestra forma de pensar para ver los retos como oportunidades".

Una vez que has experimentado con tu nueva identidad y realidad, alcanzas un punto en el que todo ha cambiado y tú estás a gusto con eso. "Aunque mantengamos nuestros valores centrales, la renovación implica una nueva comprensión, nuevas creencias, actitudes y —sobre todo— una nueva identidad", escriben las Marston.

El libro explica el efecto contagioso de la resiliencia transformadora, cómo va más allá de lo que experimentamos como personas y alcanza a quienes nos rodean. Idealmente, después del caos nos sentiremos motivados a contribuir a que el mundo sea menos caótico. Lockert puede dar fe de esta parte del proceso también.

"He sentido lo que es no querer despertar por la mañana. Y es aterrador", dijo. "Que se expanda tu cosmovisión y tengas ideas nuevas sobre lo que es posible puede cambiar completamente tu vida. Así fue con la mía, así que quería ayudar a otros".



miércoles, 14 de febrero de 2018

PRODUCTIVIDAD VERSUS CANTIDAD DE HORAS TRABAJADA

ECONOMÍA Y EMPRESAS CONSEJOS
Por qué trabajar más horas no lo hace más productivo
Febrero 14, 2018 




Enfocarse en lo importante y sacar partido a cada hora es fundamental para aumentar su productividad laboral

Hay claves para gestionar el tiempo y ser más productivo

Ser dueño de su tiempo le hará libre y más productivo. Aplicar este mantra en el trabajo diario es la mejor opción para lograr esa eficacia que todos los profesionales persiguen, porque no se trata de trabajar más horas, sino de hacerlo mejor. La productividad es la relación entre los resultados y el tiempo utilizado para lograrlos, y permanecer más tiempo en el puesto de trabajo no es la solución para aumentarla. Los psicólogos y los neuropsiquiatras aseguran que si existe prisa y estrés, la atención se dispersa y el rendimiento es menor. El 80% de nuestra productividad se consigue con el 20% de nuestro tiempo. El rendimiento, por tanto, está asociado a la eficiencia.

Un reciente informe de Asociación de Agencias Privadas de Empleo en España (Asempleo) concluye que aumentar el número de horas de trabajo disminuye la productividad. Uno de los ejemplos que utiliza para ratificar esta afirmación es que en los países de la Unión Europea en los que se prolonga la jornada laboral, la productividad por hora trabajada es menor.

Así Luxemburgo, Irlanda, Suecia y Holanda, donde se trabaja menos horas, son más productivos que Rumanía, Polonia y Hungría, en los que el tiempo de trabajo es más largo. Asempleo destaca que la flexibilidad laboral favorece una mejora de los resultados, pero no es el único camino.


El director de Infova ,Gonzalo Martínez de Miguel, asegura que es esencial el ejemplo de los jefes. "Si quienes dirigen alargan las jornadas de forma habitual están mandando un mensaje claro a los colaboradores. La hora de salida es un objetivo que debe ser cumplido por todo el equipo. Luego las excepciones las tratamos como tales. Si un día hay que alargar la jornada, se alarga, pero no puede ser la norma", destaca.

Para la CEO de Fluendo, Mercé Delgado, "la mejor forma de transmitir la eficiencia en una jornada laboral es trasladar los objetivos y prioridades de forma adecuada, y luego otorgar autonomía para que cada cual pueda gestionar a su vez sus propios objetivos y prioridades en línea con los de todo el equipo".

Get things done
Y como ser más productivo está ligado a lo que se consigue, la socia de Be-Up, Marta Romo, explica que "poner foco o gestionar la atención, la organización y renunciar a determinadas cosas que no aportan valor y no contribuyen a la cuenta de resultados son la clave, porque no pasaría nada si dejásemos de hacerlas". Propone la metodología GTD -Get things done- de David Allen, para ilustrar cómo ser más eficiente.

"Se basa en el principio de que hay que liberar la mente de las tareas o temas pendientes para poder ocuparla en lo que estás haciendo aquí y ahora. Funciona muy bien y tiene cada vez más adeptos, ya que toca las teclas que son fundamentales para fomentar nuestra eficacia mental, como liberarse de lo pendiente, guardar las cosas en su sitio, agrupar tareas o empezar por asuntos complicados respetando el desgaste energético de nuestro cerebro", explica.

La receta para trabajar mejor
Según la CEO de Fluendo, Mercé Delgado, la receta para trabajar mejor es una combinación de habilidades y compromiso. "Las primeras nos dan la base técnica, y el compromiso nos impulsa a buscar formas de hacer las cosas mejor. Ambos nos permiten alcanzar ese estado en el que no sólo rendimos mejor, sino que además estamos disfrutando con ello. Esto nos impulsa de nuevo a seguir mejorando en un círculo virtuoso que se realimenta", explica.


En ese sentido, la gestión por objetivos parece ser el medio más eficaz para ser más productivos.
David Monge, director general de la firma de recursos humanos Nexian, está convencido de ello.
"Trabajamos seriamente en concientizar a directivos y empleados sobre cuáles son los objetivos estratégicos de la empresa y actuar sobre ellos. A partir de ahí marcamos las metas personales para cada profesional. La experiencia demuestra que en el 95% de los casos ese enfoque es tan beneficioso para la rentabilidad de la compañía como para el desarrollo profesional de los empleados", comenta.

Por otra parte, Monge advierte de que el entorno laboral ofrece innumerables distracciones que "disfrazamos como ocupaciones, por ejemplo, buscar documentación, consultar con un compañero una duda, comprobar si hemos recibido algún email urgente. Es fundamental tomar conciencia de ellas y establecer tiempos máximos para atender esos asuntos".

La cultura
Las actitudes, experiencias, creencias y valores que las personas imprimen en la empresa conforman la cultura corporativa de una organización, algo que es muy relevante para aumentar la productividad y generar un ambiente de trabajo saludable.

Delgado menciona la cercanía mejor que la jerarquía, una estrategia clara y definida, un entorno saludable y, sobre todo, promover y valorar el aporte de todos al objetivo global como las claves de una cultura corporativa eficaz.

Monge suma a ellos otros elementos: generar un clima de comunicación abierta, "en el que los empleados se sientan valorados y respetados"; dar ejemplo, "ya sea en la forma de comunicar, con el rendimiento, esfuerzo y compromiso"; y, por último, aceptar los comentarios.

Asegura que "una empresa saludable promueve la escucha, valora los avisos de que algo no anda bien, y entiende la crítica constructiva como una señal de implicación con la compañía".

Hay que dormir la dosis obligatoria
Trabajar más horas nos hace menos eficaces y dormir poco también merma el rendimiento. Un análisis de Sodexo concluye que si los empleados no duermen las siete u ocho horas recomendadas, su concentración y poder de decisión pueden volverse deficientes, y sus reacciones más lentas. Esta es la causa principal de los errores estratégicos y el descenso en la productividad.

En la economía, el costo de la falta de sueño puede llegar a US$ 411.000 millones al año en EEUU (2,62% del PIB); US$ 138.000 millones en Japón; y US$ 60.000 millones en Alemania. Desde una perspectiva individual, un estudio realizado entre 7.000 trabajadores suscritos a planes de salud estimó el costo por trabajador en US$ 2.280; más del 50% de los 30.000 empleados entrevistados en cinco corporaciones estadounidenses dijeron que no dormían adecuadamente; en India más de una de cada cinco personas de entre 18 y 64 años se preocupan más por el cansancio que por la hipertensión o la diabetes; mientras que más de un tercio de los adultos de Reino Unido afirma que no duerme lo suficiente.

Fuente: Expansión - RIPE


lunes, 5 de febrero de 2018

EL TEST DE LAS 3 "M" : CUANDO CAMBIAR DE TRABAJO

ECONOMÍA Y EMPRESAS LABORAL
El test de las tres M para decidir cuándo cambiar de trabajo
Enero 30, 2018 



Fue elaborado por el CEO de la compañía de empleo estadounidense ZipRecruiter, Ian Siegel


Lejos de la época en la que era común hacer carrera en una empresa y escalar desde el escalafón más bajo hasta la cima, hoy en día los jóvenes buscan cambiar de trabajo con más frecuencia. Sin embargo, elegir el momento exacto para abandonar el puesto siempre es una decisión difícil.

Ian Siegel, cofundador y CEO de ZipRecruiter, compañía de empleo fundada en los Estados Unidos, elaboró el "test de las tres M", según consigna Fortune. En inglés, estas tres M son: miserable (infeliz), money (dinero), mentor.

Este consta de tres simples preguntas que todo empleado debe realizarse a sí mismo al momento de decidir si es el instante indicado para cambiar de trabajo. 

"Cambiar de trabajo puede ayudarte a escalar en la escalera corporativa o incrementar tu salario de una manera más rápida. Aunque un currículum lleno de puestos de corta duración también puede atentar con posibles empleadores que sean más cautelosos", afirmó el ejecutivo.

La primera pregunta es: ¿soy infeliz en este trabajo?
La rutina y un mal día pueden desembocar en decisiones impulsivas, pero para que esto desencadene un cambio laboral es necesario hacer un análisis más profundo, según Siegel. "Averigua si estás teniendo un mal día por casualidad o si estás atrapado en una cadena interminable de malos días. Si eres infeliz, vete. Pero antes de hacerlo, ten en cuenta si hay algo que puedas hacer al respecto para mejorar tu situación", detalló.

Segunda pregunta: ¿estoy ganando suficiente dinero?
Para Siegel no hay que fijarse en el aspecto puramente numérico, sino que hay que pensarlo considerando las necesidades diarias. "Determinar el éxito en términos de la vida cotidiana versus dinero hace mucho más fácil establecer cuánto es suficiente", explica Siegel.

Para Siegel no hay que fijarse en el aspecto puramente numérico sino que hay que pensarlo desde el lado de las necesidades diarias.

Y agrega: "En nuestra compañía hicimos una lista con el estilo de vida que queríamos. La mía era simple: cenar con mi familia todas las noches, mandar a mis hijos a una buena escuela, ejercitarme tres veces a la semana y, si todo marchaba bien, poder volar en business".

Tercera pregunta: ¿quién es mi mentor?
Por último, para el CEO de ZipRecruiter, es importante preguntarse si hay un mentor en la compañía digno de aprovechar. "Estos entrenadores no son fáciles de conseguir y no deberían abandonarse. Es más factible que un gran mentor clarifique tu camino hacia un mejor salario y mayor satisfacción laboral que un cambio impulsivo de trabajo", aseguró. En cambio, si no hay ningún nombre que surja instantáneamente, según el directivo, es hora de buscar nuevos rumbos.


Fuente: El Cronista - RIPE


COMO CONVERTIR SU ACTUAL TRABAJO EN EL EMPLEO QUE SUEÑA

ECONOMÍA Y EMPRESAS CONSEJOS
Cómo convertir su actual trabajo en el empleo que sueña
Febrero 2, 2018 



Es posible transformar su puesto, adquirir un nuevo valor y un brillo profesional que ahora no tiene.

No tiene por qué resignarse, ni vivir con la frustración que impone un trabajo que aborrece, que está por debajo de sus verdaderas capacidades o que simplemente no quiere. No es necesario que se instale en la queja o en la insatisfacción laboral. Puede convertir el trabajo que tiene en el empleo con el que sueña.

Los expertos hablan de una prueba del algodón casi infalible: si en su compañía actual lo respetan y se siente valorado; si sigue aprendiendo; y si lo que hace en su actual trabajo está alineado con el sentido de su vida, no tiene por qué irse. Es posible transformar su puesto, adquirir un nuevo valor y un brillo profesional que ahora no tiene.

Nunca es tarde para cambiar de empleo, pero tampoco lo es para conseguir el trabajo soñado, incluso dentro de la organización actual. Recuerde que los empleos se transforman y el ideal puede llegar, porque quizá hay uno que ni siquiera está inventado. Pero debe renovarse y estar preparado para hacer que eso suceda, centrándose en aquello que esté relacionado con sus fortalezas y capacidades.

Silvia Leal, mentora de la consultora española Human Age Institute, hace notar que tener un empleo que no satisface debe hacer pensar, en primer lugar, si se ha hecho algo mal durante el proceso de selección, y si se están gestionando adecuadamente las expectativas.


Juan San Andrés, consultor de RRHH y coach, cree que "las empresas deberían incluir en las descripciones de los puestos un párrafo diciendo que se espera que todo ocupante del puesto haga lo posible por mejorar la realización de sus tareas y que lo proponga a sus supervisores. Este párrafo permitirá ver más tarde quién hace cambios en sus puestos y quién se acomoda. Las organizaciones rígidas no permiten que nadie aporte novedades a su puesto, con lo que será difícil ver las cualidades de la gente más allá de lo exigido por el puesto. Si se pregunta en una entrevista de selección a los candidatos qué cambios harían en su trabajo y en su departamento actual para que fueran más eficientes, la respuesta que dan dice mucho de esos candidatos".


Por lo que se refiere a las expectativas, el desencanto profesional que le puede causar un empleo tiene que ver en ocasionas con un diseño erróneo del puesto, con una visión fuera de la realidad.

No conviene que las aspiraciones profesionales se encaminen hacia modelos ideales de empresas: no todas las organizaciones felices que se vanaglorian de serlo son el paraíso laboral que prometen.


Un primer antídoto contra la frustración que supone un trabajo que no satisface es plantearse si la profesión escogida tiene futuro o va a desaparecer; si el mercado va a necesitar los mismos profesionales; o si se es bueno de verdad en esa actividad concreta.

San Andrés añade: "Somos directores generales de nuestros puestos, sean cuales sean. Eso permite pensar en el trabajo 'a lo grande'".

Ovidio Peñalver, socio director de Isavia Consultores (España), considera que es posible cambiar el trabajo que tenemos y transformarlo en una actividad que nos brinde felicidad laboral: "Si tiene clara su misión o su pasión, puede cambiar su actitud en el puesto que ocupa".

Para ello cree que "lo mejor es enfocarse hacia lo positivo que puede tener un trabajo. Nuestra empresa tiene un nombre, y quizá pertenecer a ella puede influir positivamente en nuestra reputación. Nos da currículo, y quizá sea bueno aguantar, porque va bien para ello. Además, es posible que hayamos conseguido ciertas condiciones laborales, como un horario flexible, teletrabajo, o posibilidades de formación".

Silvia Leal recuerda que "en un momento dado, podemos tener un trabajo que creemos que nunca cambiaremos. Pero podemos conseguir que las cosas se transformen si varía nuestra manera de percibirlas. Cuando no hay salida, uno se prepara para otra cosa, pero también puede disfrutar de los pequeños detalles: de una conversación con un cliente, de sacar tiempo para estudiar. Puede acogerse a ciertos momentos que hacen que, al final del día, todo le haya merecido la pena. Es necesario hacer un ejercicio inteligente de nuestros objetivos diarios".

Pilar Jericó, presidenta de la consultora española Be-Up, también insiste en la actitud: "El reto puede ser crear un buen ambiente de trabajo, o centrarse en pequeños desafíos. Usted marca las reglas y los retos. Hay que tener una actitud proactiva; participar en programas de mejores prácticas, pedir ayuda a otros departamentos. La actitud es la clave. Hay que encontrar la parte positiva y tratar de reinventar el trabajo cada día. Es necesario moverse y crear nuevas fronteras. Las fronteras son cada vez más líquidas, sobre todo las de las funciones".

Para "mejorar" en el puesto, Juan San Andrés recomienda pensar en cuál es su finalidad última (dejar satisfecho al cliente, obtener información, que no se pare la máquina del siguiente paso de fabricación, dar cierta calidad).

Peñalver sugiere que quizá ese trabajo que se tiene ahora y que no satisface sea algo transitorio o instrumental que servirá para llegar a la actividad que realmente desee desarrollar. Silvia Leal se muestra convencida de que se puede "ser más influyentes o importantes dentro de la organización en la que trabajamos", pero para eso se debe dejar claro al entorno que hace bien un trabajo.


Las bases para un cambio definitivo

  • El trabajo perfecto no existe, pero es posible ser feliz en su vida profesional si se reinventa y se dota de valor cada día a un puesto, incluso aunque no le guste.
  • Recuerde que no es insustituible, pero sí singular, por lo que debe demostrar qué diferencia aporta, cuál es su singularidad profesional.
  • Lo que suele motivar en un empleo son las nuevas oportunidades de trabajo y el hecho de poder participar en proyectos innovadores, tener nuevas responsabilidades y que se enriquezca su actividad habitual. Lo que más se aprecia son las recompensas intrínsecas, que son las que se da a usted mismos, del tipo "siento que estoy aprendiendo"; "formo parte de un grupo exclusivo"; "soy útil en la organización", o "me siento reconocido".
  • El cambio puede estar en convertirse en emprendedor interno dentro de su organización. Para eso hace falta un caldo de cultivo que favorezca la transformación y que sea receptivo a una cierta 'mentalidad start up' que cambia muchas empresas.
  • Su organización debe estar dispuesta a aprovechar el talento interno para que se puedan poner en marcha ideas de negocio sin abandonar la compañía.
  • Debe estar a la vanguardia de las tendencias (analizando las profesiones emergentes y los pronósticos del mercado); saber lo que quiere e imaginar su vida con 50 años cuando tiene 20; y reflexionar acerca de cuál será su futuro laboral.


Fuente: Expansión - RIPE